23
Tenía una
guinea de oro
y la perdí en
la arena.
Y aunque era
módica la suma
y en la tierra
hay libras de sobra,
era de tal
valor
a mis ojos
frugales
que—cuando no
pude encontrarla—
me senté a
gemir.
Tenía un
petirrojo carmesí
que cantaba y
cantaba.
Pero cuando
los árboles se hicieron
rojos, huyó
también.
Otros me trajo
el tiempo
y eran las
mismas tonadas.
Pero mi casa
aún está en espera
de mi perdido
trovador.
Una estrella
tuve en el cielo,
era una de las
Pléyades.
Pero me distraje
y se perdió
igualmente.
Y aunque en el
cielo hay multitud de ellas
que brillan en
la noche,
ninguna me
importa
porque ninguna
es mía.
Mi historia
tiene una enseñanza:
perdí un amigo
El es pléyade
y petirrojo
y guinea en la
arena.
Y cuando esta triste
canción
que acompañan
las lágrimas,
en un país
lejano
vea el ojo
traidor.
quiera Dios
que un remordimiento
solemne se
apodere de su mente,
y que no halle
consuelo bajo
el sol.
(Traducción: José
Manuel Arango)
I had a guinea golden—
I lost it in sand—
And tho´the sum was simple
And pound were in the land—
Still, had it such a value
Unto my frugal eye—
That when I could not find it—
I sat me down to sigh.
I had a crimson Robin—
Who sang full many a day
But when the woods were painted ,
He, too, did fly away—
Time brought me other Robins—
Their ballads were the same—
Still, for my missing Troubador
I kept the “house al hame.”
I had a star in heaven—
One “Pleiad” was its name—
And when I was not heeding,
It wandered from the same.
And tho´the skies are crowded—
And all the night ashine—
I do not care about it—
Since none of them are mine.
My story has a moral—
I have a missing friend—
“Pleiad” its name, and Robin,
And guinea in the sand.
And when this mournful ditty
Accompanied with tear—
Shall meet the eye of traitor
In country far from here—
Grant that repentance solemn
May seize upon his mind—
And he no consolation
Beneath the sun may find.
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